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Franco Macri: un emblema de la patria contratista

Entre 1976 y 1983 multiplicó por siete el número de empresas controladas y con las privatizaciones de los 90 logró diversas concesiones.

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FechaHace 4 años AutorConrado Maranguello
Franco Macri: un emblema de la patria contratista

A los 88 años, murió Franco Macri, el padre del presidente. Fue uno de los empresarios emblemáticos de la Argentina de los últimos 50 años que crecieron al calor de los gobiernos neoliberales, que le dieron protagonismo central en los acontecimientos políticos y económicos de la Argentina y que finalmente alcanzaron democráticamente llegar a la presidencia del país de la mano uno de los propios.

Nació en Italia en 1930 y en 1948 migró a la Argentina sin el título de ingeniero que buscaba, pero con ambiciones de una familia que no era de las más pobres de Calabria, al punto que su padre, Giogio, había querido ser presidente de su país.

Aún así, sin ser aristócrata ingresó a ese mundo cuando se casó con Alicia Blanco Villegas, la hija de un terrateniente de alcurnia.

Fue en la década del '60 cuando Franco entendió que el dinero en la Argentina se hacía fundamentalmente a expensas del Estado. Así nació Sideco, en sociedad con Fiat, la empresa constructora que participó en numerosas obras públicas  y que multiplicó el poder de la familia.

Desde ese entonces, y estableciendo relaciones con funcionarios de la dictadura militar inició obras para la Comisión de Energía Atómica, plantas industriales, eléctricas, puertos, viviendas y distintos tipos de obras, entre ellas la construcción de la primera central nuclear argentina y de América del Sur.

En enero de 1976, comenzó a funcionar el holding Socma, con la que logró licitaciones de parte de la dictadura militar. Una de las más importantes fue, sin dudas, la que se llamó el "monumento a la corrupción" la represa Yaciretá. 

También hizo el puente Misiones Encarnación, la central termoeléctrica de Río Tercero y de Luján de Cuyo y le concedieron la recolección de residuos de la Ciudad de Buenos Aires, mediante la creación de Manliba. En esa época compró la filial argentina de la italiana Fiat.

En 1982, antes de la salida del gobierno militar recibió el beneficio denominado "seguro de cambio", es decir la estatización y licuación de las deudas que el grupo tenía.

El clan Macri pasó en esto años de tener 7 empresas a 47.

Según señaló en su libro la periodista Gabriela Cerruti, Mcari se metió en el negocio del petróleo a través del general Suárez Mason que estaba en YPF y participó de oscuros negocios de compra y venta de armas a través de Italia hacia Medio Oriente.

Los Macri crecieron nuevamente -y lograron ser parte del círculo rojo del poder económico- con Carlos Menem. 

En 1999 la deuda del grupo ascendía a u$s 900 millones, pero logró igualmente quedarse con el Correo Argentino, la concesión de las Autopistas y numerosas obras públicas en todo el país.

Fue en esa época que sucedió el escándalo de las coimas en las obras de cloacas en el Morón de Roussellot y el de el contrabando de autopartes de la empresa Sevel, por que que si no fuera por la Corte menemista, hubiera terminado preso junto con su hijo Mauricio.

Durante el kirchnerismo fue uno de los principales beneficiarios de las obras licitadas por el Ministerio de Planificación dirigido por Julio de Vido y aunque aparece en la denominada "causa de los cuadernos", no fue a declarar a causa de lo avanzado de su enfermedad.

Deja una inmensa fortuna, una de las más grandes del país, pero con poco que mostrar más allá de los negocios con un Estado siempre sospechado de corrupción.

Fuente: El diario sur

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